Impaciente tranquilidad

Cafeina

Hace dos meses fui al psiquiatra y este me recomendó tres pastillas distintas que debía de tomar tres veces al días, en otras palabras, una cada ocho horas. El primer día las tomé como había indicado el doctor, pero el segundo día lo realice alterando un poco las circunstancias. Como tenía examen, decidí que lo mejor sería tomar un poco de café para evitar dormir. Unas horas después comencé a ver cosas extrañas a mi alrededor. El primer síntoma de mi raro entorno fue el sentimiento de persecución. Cada vez que doblaba una esquina había alguien detrás. Luego, se presentó a manera de múltiples caídas, es decir, veía que gente se tropezaba a mi lado, volteaba y no encontraba a ninguna sombra. Al principio no quise decirle a nadie porque pensé que me tildarían de esquizofrénica o de desequilibrada así que opté lidiar con ello. Caminaba por las calles y ya no me asustaba observar este tipo de sucesos, podría decirse que me había acostumbrado a esos excéntrico acontecimientos. Sin embargo, una de estas alucinaciones fue la decisiva para que me sumergiera en el mar informático y averiguara qué era lo que me ocurría. Resulta que transitaba con mis audífonos por una vía desolada, mis ojos estaban concentrados en encontrar la canción que me acompañaría en las siguientes cuadras, decidí levantar la mirada, tal vez para esquivar uno de esos postes de luz, y apareció una mujer desesperada que corría en dirección hacia mí como si quisiera golpearme. La única reacción que tuve fue cubrirme el rostro y gritar. Extrañamente un amigo se encontraba en la acera del frente y vio mi reacción. Cruzó y me pregunto qué me paso y no le respondí. Regrese a mi casa, entre al ciberespacio, busque el nombre de las pastillas, esquivé la enorme introducción,   baje hasta la parte en la que decía precauciones en donde encontré la respuesta de estos extraños  hechos y esta fue" precaución no tomar cafeína". Desde aquel día deje las píldoras para dedicarme al café.